Tecnología en restaurantes: el caso de Robert Chicken

En Robert Chicken, la innovación se sirve con precisión: robots, kioscos y gestión digital redefinen cómo opera un restaurante moderno en México.

restaurante de pollo frito hecho por Robots
En el corazón del corredor gastronómico más vibrante de la Ciudad de México, entre aromas de soya, jengibre y pollo frito, se escucha algo más que el bullicio del mediodía: un zumbido constante, limpio y preciso.
No viene de la cocina de siempre, sino de brazos robóticos que se mueven con ritmo quirúrgico, friendo cada pieza con una exactitud que parecería imposible para una mano humana.

En Robert Chicken, un restaurante de pollo frito coreano ubicado en Liverpool 41, Colonia Juárez, el futuro ya llegó.
Aquí, tradición y tecnología conviven en equilibrio, y lo que antes parecía una promesa de ferias tecnológicas ahora forma parte del día a día gastronómico mexicano.

 

Robots de Cocina

Robert Chicken opera con tecnología desarrollada por Robo Arete, una empresa surcoreana dedicada a sistemas robotizados de cocina.

La compañía declara en su web que diseña soluciones para automatizar procesos culinarios repetitivos y que ha desplegado sus sistemas en restaurantes propios y franquicias; esa tecnología es la que alimenta la propuesta operacional del local.

Lo importante no es el “robot” como espectáculo, sino lo que permite: consistencia en la cocción.

Personalización y experiencia en los restaurantes

La experiencia del comensal en Robert Chicken combina automatización y personalización. El restaurante implementa pedidos digitales por QR y kioscos de autoatención, permitiendo al cliente ajustar niveles de picante, guarniciones y otros detalles desde su dispositivo o desde un terminal en sala.

Esa elección directa y rápida reduce fricción y errores de pedido, y responde a tendencias globales en las que los consumidores valoran la personalización digital como parte de la experiencia de servicio.

Estudios de consultoras del sector muestran un aumento sostenido del interés por experiencias personalizables en el consumo digital; Deloitte, por ejemplo, documenta el creciente foco de las marcas en estrategias de personalización como palanca de fidelidad.

Toteat detrás del servicio

Para que un flujo así funcione no alcanza con un robot o un kiosco: hace falta un sistema que conecte pedidos, cocina, inventarios y reportes. En Robert Chicken, esa capa de gestión está a cargo de soluciones de software para restaurantes que integran las distintas áreas operativas.

Toteat, por ejemplo, tiene funcionalidades clave que son precisamente las que sostienen operaciones con autoatención y alta interacción digital:

 Estas capacidades son las que convierten la automatización visible (robots, kioscos) en una operación estable y repetible.

La historia de Robert Chicken no trata de robots ni de futurismo: trata de gestión inteligente.
Lo que diferencia a este restaurante no es solo el uso de máquinas, sino la manera en que integra tecnología para resolver problemas reales: consistencia, velocidad y control operativo.

La robótica aplicada a la cocina elimina la variabilidad de los procesos críticos; los sistemas de autoatención reducen tiempos y errores; y las plataformas de gestión como los softwares para restaurantes, permiten tomar decisiones en tiempo real.